Montevideo, domingo 17 de Mayo de 2009. Todas las palabras que ha dicho y escrito en su vida Eduardo Galeano no le alcanzaron hoy para expresar su dolor por la muerte de Mario Benedetti."¿Qué puedo decir?", dijo el autor de "Las venas abiertas de América Latina", la voz entrecortada, cuando se le interrogó sobre la impresión que le había causado el deceso de aquel grande de la literatura uruguaya e hispanoamericana. -"Benedetti" significa "benditos" en italiano, y lo único que puedo decir es eso: Benditos los hombres y mujeres generosos como él-, apenas acertó a decir Galeano. -Parece una contradicción que no pueda usted, un maestro del lenguaje, encontrar las palabras para expresarlo (el dolor por la muerte de Benedetti) -insistieron los periodistas. No -respondió Galeano-, porque yo no solo soy enemigo de la inflación monetaria, sino también de la inflación "palabraria". Y me parece que el dolor se dice callando.
...Y con respecto a ese pobre hombre... (no me refiero a Don Mario ni a Galeano, claro está, ellos son ricos, tienen los bolsillos llenos de amor y agradecimiento) ¿gamoneda?; que apenas si conocía su nombre, pues supongo que ha dedicado toda su vida a hacer poesía para si mismo... Debe ser muy triste dedicar toda una vida a algo y no haber comprendido ni aprendido su verdadera esencia. La sencillez ya es poesía por si sola. La dulzura alcanza su cumbre si viene de la mano de la inocencia. Usted no es poeta, es lingüista. La poesía no es métrica, nada más lejos, aunque en ella a veces se encuentre. Y, sobre todo, ser poeta también es una actitud. Alguien que se mueve dentro de la dimensión poética ve la belleza más allá de las formas, y no se comporta de manera tan ruin y envidiosa. ¿Un poeta menor Benedetti? ¡El más grande de nuestro tiempo! Lo comprobaremos cuando la poesía se libere de los lastres elitistas que se empeñan en equivocar su sentido real. Lo que Don Mario nos ha regalado es LA POESÍA, y usted, señor gamoneda, ha estado haciendo sudokus.
En memoria del hombre que iluminó tantas vidas porque no equivocó ni una micra su rumbo. Poesía tenía y Poesía dio. Él es el primer mesías que he conocido. Espero que los anteriores fueran por lo menos la mitad de sabios y generosos que lo fue Mario.
30/09/08
"¿Y qué dirá el Después, después de todo?
tengo la impresión de que sus brazos
empiezan a cerrarse.
Y es ahora mi muerte meridiana
la que en silencio está diciendo ven.
Pero yo me hago el sordo."
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