Vivian Maier
Street Photographer
All about lovePeople who knew Vivian say the same about her. She was eccentric, strong, heavily opinionated, intellectual, and intensely private. She wore a floppy hat, a long dress, wool coat, and men’s shoes and walked with a powerful stride. With a camera around her neck whenever she left the house.
Vivian Maier spent most of her life working as a nanny. In her leisure Vivian shot photos that she zealously hid from the eyes of others. She would come to amass a great number of storage boxes stuffed to the brim with found items, art books, newspaper clippings, home films, as well as political tchotchkes and knick-knacks. In those storage lockers lay the massive hoard of negatives Maier secretly stashed throughout her lifetime.
Still taking the last snapshots into the late 1990′s, Maier would leave behind a body of work comprising over 100,000 negatives that never saw the light neither brought her benefits.
Moreover, at the end, Vivian became really poor and was ultimately saved by three of the children she had nannied earlier in her life. Fondly remembering Maier as a second mother, they pooled together to pay for an apartment and took the best of care for her.
In 2007 her work was discovered at a local thrift auction house on Chicago’s Northwest Side.
La gente que conoció a Vivian cuentan lo mismo acerca de ella. Era excéntrica, fuerte, obstinada en gran medida, intelectual y profundamente celosa de su privacidad. Llevaba un sombrero de ala ancha, un vestido largo, abrigo de lana y zapatos de hombre y caminaba con paso firme. Siempre con una cámara alrededor de su cuello cuando salía de casa.
Vivian Maier pasó la mayor parte de su vida trabajando como niñera. En su tiempo libre Vivian hacía fotografías que siempre escondía a los demás. Vendría a reunir un gran número de cajas almacenaje llenas hasta el borde de artículos encontrados, libros de arte, recortes de periódicos, películas caseras, así como chucherías políticas y baratijas. En los armarios de almacenaje estaba la enorme acumulación de negativos que Maier secretamente guardó durante toda su vida.
Aún tomando las últimas instantáneas a finales de 1990, Maier dejaría atrás un cuerpo de trabajo que comprende más de 100.000 negativos que nunca vio la luz ni le trajo beneficios.
Es más, al final, Vivian se quedó absolutamente sin recursos y fue salvada en última instancia por tres de los niños que ella había cuidado durante su vida de niñera. Recordando afectuosamente a Maier como una segunda madre, se reuniron para pagar por un apartamento y los mejores cuidados para ella.
En 2007 su obra fue descubierta en una casa de subastas local de artículos de segunda mano en el noroeste de Chicago.
1 comentario:
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